Hay libros que te llevan a otros libros e historias que transcurren en paralelo a otras historias. Pero, ¿puede un libro sostener, ocultar y albergar el alma de otro? ¿Puede servirle, incluso, de soporte y punto de partida? La respuesta es, claramente, sí. Claudia Hans lo ha hecho y fruto de su creatividad, sus recuerdos y su determinación por contar la historia de su abuela, nace este pequeño tesoro llamado ‘Silent Songs’.
Tal y como sucede no pocas veces, la historia de este libro, la chispa que prende la idea de Hans, nace de la más pura casualidad. Al igual que le sucediera a Julia Borissova, de cuyo libro ‘Let Me Fall Again’ ya hablé hace un par de semanas, todo empezó en una visita a una vieja librería. Claudia Hans estaba en Nueva York y paseaba entre estanterías llenas de libros cuando sus ojos se toparon con uno titulado ‘Songs for My Grandmother’, escrito en 1945 por Agnes Louise Dean y publicado por Unity Press un año después, en 1946.
En aquel pequeño ejemplar, Hans encontró la historia de la abuela de Dean narrada por medio de poemas y pequeñas ilustraciones.
Lo compré porque había algo en el libro que me llamó la atención, pero no tenía ninguna intención de hacer algo con él. Era un libro muy bonito […] La autora fue al lugar donde nació y se crió su abuela. Guardé el libro conmigo durante algunos años y, cuando mi abuela murió, lo saqué de la estantería y comencé a trabajar con él. Se me ocurrió que podría usarlo como apoyo para contar mi propia historia. Había algo poético en esa idea; el problema era que ella escribió cosas muy bonitas y poemas, y yo necesitaba contar una historia muy dura.
Quería contar mi propia historia, la historia de mi abuela, la historia de tantas y tantas familias de todo el mundo. Historias de familias rotas, de discriminación, violencia, separación, nuevos comienzos, viajes e inmigración.
La historia que cuenta Claudia Hans es la de su abuela, Rebeca Soloveichik Botnik, una mujer nacida Bielorrusia y que emigró a México al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Rebeca escapó del régimen nazi acompañada de unos pocos miembros de su familia.
El proceso de adaptación de la joven bielorrusa no fue nada fácil: México poco o nada tenía que ver con Bielorrusia: el idioma, las costumbres, el clima… En el país azteca, la abuela de Claudia Hans conoció a Wolf Hans, refugiado polaco con el que acabaría casándose y formando una familia.
¿Cómo se cuenta una historia así sobre un libro ya existente? Pues de una forma muy original.
‘Silent Songs’ es el fruto de la combinación de tres historias, relacionadas entre ellas, pero con una fuerza y espíritu narrativo propios. Dos de esas historias dividen claramente el libro en dos partes: la historia y los acontecimientos ligados a la Segunda Guerra Mundial (persecución, campos de exterminio y exilio) y la vida de los refugiados en México, con el sentimiento de desarraigo y las dificultades del proceso de adaptación de fondo. La tercera historia, es la que vertebra todo el libro de principio a fin, y está presente en cada página, cada verso y cada imagen: la historia de la abuela de Claudia Hans.
Para ello, la autora utiliza fotografías e imágenes de diferente procedencia (archivo familiar e internet), así como diversos documentos oficiales, mapas, anuncios y carteles de propaganda.
El libro es un trabajo de intervención que busca narrar tres cosas a la vez: lo ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial durante el Holocausto; la historia de mis abuelos, que llegaron de Europa y vinieron a México; y el choque cultural que es una más entre las miles de historias de la gente que tuvo que huir de su país a lo largo de la Historia.
Es un trabajo de intervención porque es, por un lado, intervención de textos de un libro que escribió una mujer en el año en el que terminó la Segunda Guerra Mundial. Yo cojo ese libro que se llama «Songs for my grandmother», que es un libro de versos que Agnes Louise Dean escribió para su abuela, retomo el texto y lo intervengo para darle un significado. Al mismo tiempo, intervengo también fotos de archivo y fotos de internet para poder unir esa parte con cosas nuevas, con material de origen digital y también analógico y así poder reinventar toda esta historia.
El producto final es un producto casi-casi artesanal porque todo el proceso es muy manual: el tejido, el corte, el pegado de toda la encuadernación… Tiene ese valor añadido donde sabes que el autor estuvo con sus propias manos trabajando, pegando, cortando, llevando, recogiendo… Y eso le da un gran valor añadido que no tienen el resto de libros, que son uno entre mil producidos en serie.
Pero Hans no solo juega con fotografías y documentos que recorta y pega en varias páginas a modo de collage, sino que también interviene los poemas originales de Agnes Louise Dean. Lo que hace esta fotógrafa mexicana licenciada en Psicología es elegir algunos de esos poemas, los que le resultan más significativos, e intervenirlos borrando palabras y líneas enteras, para resaltar otras que van dando un pequeño toque narrativo al libro. Y que, obviamente, sostienen, muchas veces de forma metafórica y alegórica, la historia de su abuela. Las fotografías, documentos y diferentes archivos a los que acompañan cobran así también un nuevo sentido.
Así, por ejemplo, en una doble página encontramos una fotografía antigua de un grupo de niños acompañada por un texto, a la derecha, un poema en el que la mayoría de las palabras y las líneas han sido tachados en blanco y tan solo podemos leer tres frases sueltas e inacabadas: «You often must have seen it… You must have known… None of all these children can be the child you were» (Tuviste que verlo a menudo… Tuviste que haberlo sabido… ninguno de estos niños y niñas puede ser la niña que fuiste).
El libro de Agnes Louise Dean, oculto tras las intervenciones de Hans, pero tan presente al mismo tiempo, es realmente la coartada perfecta para ‘Silent Songs’. Así lo vio Claudia Hans poco después de morir su abuela y así queda, más que claro, en las primeras páginas del libro. Concretamente, una doble página resume perfectamente al principio lo que es este trabajo: en la página de la derecha, Hans coloca una foto de su abuela, Rebeca (Hans) Soloveichik sobre una del libro original en la que aparece Caroline Elizabeth Emery, la abuela de Agnes Louise Dean, y bajo la imagen intervenida se puede leer el nombre de ambas. El rostro de la abuela de Dean queda oculto bajo el de la abuela de Hans, pero las manos de Caroline Emery, que sostienen un libro, permanecen a la vista. Manos y rostro, quizá las dos partes más expresivas y gestuales de nuestra fisonomía, conviven en esta imagen intervenida dando presencia a ambas mujeres.
Y es que la historia de Hans es una historia de fragmentos, de vidas comunes, que se yuxtaponen y se retroalimentan transformándose para contar una historia que es a la vez personal y común a miles de personas.
En la contrapágina, al título original ‘Songs for My Grandmother’ Hans le ha añadido un ‘Silent’ por delante, en una tipografía más grande y diferente. Y debajo, tras el nombre de la autora del original, Hans ha tachado un par de líneas y añadido su nombre con su firma. Es la perfecta explicación visual y simbólica del original trabajo de intervención de Hans, que convierte un paralelismo entre dos mujeres que vivieron los estragos de la Gran Guerra (las abuelas de ambas autoras) en una canción oculta en otra canción, es decir, una canción «silenciosa», de ahí el nuevo título, en memoria de su abuela.
La canción de Hans es un viaje por el miedo y el horror de la guerra, seguida de la incertidumbre de la huida, la sensación de salto al vacío, y que termina con los difíciles primeros años en México, donde, por fin, la vida parece comenzar y florecer de nuevo con la formación de una nueva familia.
La guerra queda representada con fotografías antiguas y mapas de ciudades que posteriormente serían destruidas y abandonadas por sus habitantes, con fotos de soldados y niños posando aún felices ante la cámara. Pero el peligro está ya en el ambiente. Después vienen imágenes del horror (la batalla, los campos de concentración, ese barco lleno de personas que huyen hacia un futuro incierto) y la esperanza, México, con sus carteles coloridos y los documentos oficiales que acreditan, y aseguran, la legalidad de la estancia de Rebeca en el país como ciudadana extranjera.
La guerra, sin embargo, sigue estando presente en esta segunda parte del libro, tal y como lo estuvo en la memoria de los abuelos de Hans, pese a la distancia. Para ello, la fotógrafa mexicana sigue intercalando en las páginas finales imágenes de soldados, prisioneros de guerra y lo que parecen ser dibujos infantiles.
Dos dobles páginas son significativas en este sentido. En una de ellas, en la página de la izquierda, un poema ha sido tachado casi por completo, solo unas pocas palabras pueden leerse: ‘Again, and again, and again (…) Night after night’ (Otra vez, y otra, y otra… Noche tras noche). En la página de la derecha aparecen dibujados seis soldados corriendo y sosteniendo sus fusiles.
En la siguiente doble página, a la izquierda, nos encontramos con el dibujo infantil, de trazos sencillos, pero con fuerte carga simbólica, de una niña; a la derecha, otro poema intervenido: «The child that lost its mother… Although we fed it carefully, it still laments its plight. We keep it warm, and talk to it… but nothing seems to do… Is something time will heal; I wonder if a person knows, just how a child would feel?» (El niño que perdió a su madre … A pesar de que lo alimentamos con cuidado, todavía lamenta su situación. Lo mantenemos caliente, y hablamos con él … pero no hay nada que hacer … Es algo que el tiempo sanará; me pregunto si una persona sabe, ¿cómo se sentiría un niño?
En principio, y según llegamos a las últimas páginas del libro, parece que Hans ha caído en la tentación de dar un final feliz a su historia. La invitación a la boda de sus abuelos en México, escrita en español y hebreo, y una foto en color de ellos, ya mayores, felices y sonrientes, junto a dos frases de otro poema intervenido (The wind is blowing… a sea is flowing – El viento sopla, un mar fluye) así parecen indicarlo… Hasta que llegamos a la última página. En ella nos encontramos con una hoja suelta y doblada en cuatro pliegues. En el frontal se lee la palabra ‘Silent’ (silencio) y en la posterior la frase ‘And it goes on and on…’ (Y sigue y sigue…). En su interior, y una vez desplegada por completo, un collage de fotografías en color y blanco y negro muestran los horrores y las consecuencias de diferentes conflictos bélicos.
La canción silenciosa que Claudia Hans compone con los trazos de la vida de su abuela y los versos sueltos e intervenidos del libro de Agnes Louise Dean, es una canción denuncia sobre los males de la guerra, con sus tragedias, sus despedidas y sus pérdidas, pero también es una historia de determinación, supervivencia y nuevos comienzos.
El valor del libro de Claudia Hans no reside tanto en la historia que cuenta, una de tantas que hemos oído sobre la guerra, el exilio y la necesidad de empezar de cero, como en la forma en la que la cuenta. El hilo narrativo textual descansa en poemas intervenidos, tachando palabras y frases, para resaltar otras que, sacadas de su contexto y acompañadas de imágenes intervenidas, se convierten en la narración que vertebra y sostiene la historia.
‘Silent Songs’ es una pequeña rareza (el libro en sí es pequeño, ligero y muy manejable) con una portada que le da aires de viejo diario olvidado, uno de esos que bien podríamos encontrar en el desván de nuestras casas y que serviría para abrirnos una puerta mágica al pasado.
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Hola Leire, como estas? Acabo de ver tu publicación porque a la cuenta de mail que me mandaste el correo estuvo desactivada por más de un año y apenas la pudieron arreglar.
Te agradezco mucho por la publicación y te mando un fuerte abrazo!
Hola, Claudia!
Muchísimas gracias por tus palabras! Fue un placer descubrir tu trabajo y poder escribir sobre él. Te envío otro abrazo de vuelta.
Leire
Claudia hola. Te felicito! Acabo de comprar tu libro a través de Dispara, lo pasaré a recoger cuando esté en Barcelona en unos 10 día más. Me llamó mucho la atención porque estoy un poco trabajando en algo parecido.. Estoy terminado un libro con fotos de mi abuelo alemán y cuentos y relatos de mi autoría. Mi abuelo viajó a Chile en 1929, volvió a Alemania y pasó la guerra en el frente ruso. Su vida fue muy dificil y falleció a los 52 años de nuevo en Chile, antes que yo naciera. Hace unos años heredé sus negativos y descubrí que era muy buenas fotos. Ahora estoy en lo de diseñar el libro, que como el tuyo tiene mucho que ver, entre otros temas, con la migración, cambiar de lugar. Espero tener pronto tu libro en mis manos, para conocer tu historia. Felicitaciones.
Hola leire, había visto este libro en algún sitio, lo apunté y no se donde … y hoy gracias a tu entrada lo he recuperado y pedido, tengo muchas ganas de tenerlo y ver de cerca el trabajo de Claudia Hans que creo es un gran y bello trabajo.
Un saludo y gracias Leire.
Me alegro mucho, Isabel! Es un libro diferente y muy especial.
Leire