Empatía, cercanía, interés genuino y curiosidad. Es lo que predica Tino Soriano, y lo más importante, es lo que él mismo practica, no sólo en su profesión, cuando su mirada amable pero inquisitiva se esconde detrás de la cámara, sino también en su día a día, cuando se coloca a cara descubierta, sin lentes, filtros ni objetivos de por medio, frente a una veintena de entusiastas de la fotografía.
Ha sido día y medio de ‘encerrona’ voluntaria de la mano de la Escuela de Fotografía Documental Blackkamera, en un rincón mágico de Aiara (Araba), con un hombre que siente y disfruta la fotografía de la misma manera en que vive la vida: con pasión y con un profundo respeto por todo aquello que va encontrando en el camino.
Viajero incansable, su mayor reto, afirma, está en lo más cercano, en sus paseos por el lago Banyoles, donde vive, y donde siempre descubre «alguna foto que no vi el día anterior». Redescubrir el propio entorno una y otra vez es, en sus propias palabras, «la mejor gimnasia para un fotógrafo». Una frase de las muchas, muchísimas, que nos ha dejado este intenso fin de semana. Aquí van 33, o mejor dicho, sólo 33:
- Utilizo la cámara como divertimento, como una forma para mirar y conocer el mundo.
- Además de la cámara, lo importante es la mente, la curiosidad, y la mente es donde están tus ideas. Tener ideas no significa ir a hacer fotos, significa mostrar el mundo tal y como tú lo ves.
- ¿Por qué es bueno un fotógrafo en concreto? Porque ve el mundo de forma diferente.
- Con un poco de suerte, haces una foto buena al mes.
- El peligro de la fotografía digital es que haces la foto y luego la miras en la pantallita, te pones a hacer de editor gráfico al momento y mientras tanto se te escapan cosas.
- En digital ves algo, miras la foto en cámara y crees que ya la tienes. Entonces te vas sin trabajar más la escena y al final te quedas con un producto superficial, porque no nos damos cuenta de que muchas veces nuestra mejor foto suele ser la última de una serie.
- Las fotos históricas se hicieron con cámaras que ahora mismo están en los museos. A nadie se le ocurre decir que hubieran sido mejores si se hubieran hecho con una cámara digital. La parte más importante de vuestra cámara de fotos es vuestro cerebro.
- A mí me cambió la vida el libro «El arte de la fotografía en color«, de John Hedgecoe. Hablaba de volúmenes, líneas de color… Ahí entendí que la fotografía tenía un lenguaje.
- Cuando viajo, mi fin es ser invisible, ser admitido. Lo importante es estar cerca, y no estarlo por tener mucha cara, sino porque eres aceptado. No se trata de ser uno más, lo que hay que evitar es llamar la atención. La empatía y la curiosidad son la clave de todo.
- Hay dos tipos de fotógrafo, el desinteresado y el egoísta. El desinteresado se mueve por la curiosidad y la empatía; el egoísta, en cambio, va a por el trofeo y a la gente le molesta mucho sentirse trofeo. Hay gente que saca la foto y ni da los buenos días. Hay que ser empático, interesarse por los demás, hablar con ellos.
- Una vez me encargaron fotografiar trenes de lujo en Escocia y Sudáfrica, pero yo no me limité a fotografiar los trenes en sí, también tomé fotos de los lugares por donde pasaban esos trenes. Me interesaba el contexto, la vida a su alrededor.
- Los fotógrafos profesionales, al componer, intentamos que las personas no se solapen. Eso nos permite ver la expresión de cada sujeto. Es una de las cosas que marca la diferencia entre un fotógrafo experto y otro que no lo es.
- Todos los elementos que aparecen en el encuadre tienen que tener una razón de ser. Dividir las fotos en partes diferentes es una forma de ver qué cosas del encuadre suman y qué cosas restan.
- A nosotros nos resulta curioso pero en África no entienden que uses la misma cámara de fotos para fotografiar personas y animales carroñeros, por ejemplo. Piensan que los estás poniendo al mismo nivel.
- Hay que tener muy claro que menos es más, también en fotografía y sobre todo en documentalismo. Si estás dando vueltas como una peonza te quedas en la superficie. Hay que fotografiar lo que el ojo no ve pero el corazón siente.
- Cuando estés trabajando una historia, busca dos o tres personas y explica la historia a través de ellas porque eso te dará mucho juego.
- A veces, en lugar de contar tienes que sugerir. Uno de los problemas que tenemos los fotógrafos documentalistas es que nuestro trabajo tiene que ser descriptivo para que el espectador pueda entenderlo. Pero el reto está en no ser siempre tan descriptivo, en saber sugerir, pero sin caer en la excesiva abstracción.
- Toda buena historia fotográfica tiene una serie de fotos que son el soporte de esa historia, que llevan su peso.
- Los fotógrafos profesionales somos ambivalentes: un 50 % de nuestro trabajo son encargos y el otro 50 % es trabajo personal. El encargo es el que te posibilita poder dedicarte luego al personal, y el personal es el que acaba fluyendo y construyendo tu imagen, es el que te consigue premios, reconocimiento y el que hace que suba tu caché.
- Para mí el trabajo personal es un reto. Yo soy mal retratista, por eso me estoy planteando hacer un proyecto de retratos. No tiene sentido hacer siempre lo que ya controlas, tienes que sorprenderte a ti mismo y también a los demás.
- Para presentar mis trabajos me baso en Eugene Smith. Él acompañaba sus trabajos con unos 100 folios escritos en los que explicaba ese trabajo para que el editor gráfico supiera lo que iba a ver.
- Escribir, aunque lo hagas mal, amplía tu campo de visión como documentalista. Si te gusta el documentalismo tienes que escribir porque ayuda a que tus ideas cristalicen y te ayuda también a darte cuenta de lo que te falta.
- Antes de empezar un proyecto, ayuda buscar una palabra o frase que lo definan. Esto te facilitará centrarte en el tema. Basta con que sea una idea global en la que puedas meter situaciones que estén dentro de una misma dinámica.
- Los fotógrafos pretendemos conocer el universo a través de pequeñas historias, no hay que intentar abarcar mucho porque al final acabas no contando nada.
- Para ser un fotógrafo de National Geographic tienes que ser tú mismo porque te pagan por tu forma de ver. No te imponen una estética.
- Todo fotógrafo tiene dos referentes importantes: los clásicos y el ansia de superarse y perfeccionar su trabajo.
- Cada vez que te hacen un encargo te preguntas si serás capaz de hacerlo. Cuanto más sabes, más exigente eres. Es importante cuestionarse a uno mismo y tener miedo, saber que estás ante algo que tienes que resolver y que vas a tener que trabajar muy duro para sacarlo adelante.
- Hay que mirar el trabajo de los demás y eso supone tener 25-30 referencias y seguirlas bien. No se trata de seguir a 1.500 fotógrafos en Instagram, porque así no puedes apreciar el trabajo de nadie. Las fotos hay que analizarlas, tomarte tu tiempo en ellas. Pensar cómo las hubieras resuelto tú y por qué, sobre todo por qué. Analizar las fotos y ponerte en la piel de otros fotógrafos te enseña y te ayuda a ver tus propios fallos.
- En redes sociales lo sabio es dosificarse. Los grandes autores, también en música y literatura, dosifican los tiempos. Las redes pueden ser una hoguera de las vanidades, un ‘like’ es algo muy engañoso porque estamos muy solos y los ‘likes’ te dan la sensación de que te apoyan, de que estás acompañado. Hay que controlar los tiempos y también los contenidos; la periodicidad con la que publicas y qué publicas.
- Siempre digo que en lo que respecta al reportaje todo está en Robert Capa. Para ser un buen reportero tienes que entender a Capa más que a Cartier-Bresson o a Eugene Smith. En Robert Capa está la clave para obtener una buena foto: buscarte la vida.
- Lo que queremos los documentalistas es llegar al alma del lector y eso se hace mejor en blanco y negro. El color influye en la manera que vemos y sentimos el mundo. Pero tenemos que tener muy claro que lo primero que hace el cerebro es parase a analizar el color. Busca que el color tenga equilibrio. Por eso es difícil hacer buenas fotos en color porque es difícil traspasar esa coraza, esa distracción, y llegar al lector. El color entretiene al cerebro en la percepción. Además, la foto en color marca las épocas, el blanco y negro tiene más longevidad. Por el color de una foto podemos saber si una foto se tomó en los años 70, en los 80, etc.
- Cuando haces una buena foto tienes que pararte a reflexionar porque puede que ahí tengas un camino por recorrer, que estés ante el germen de algo.
- Uno se hace fotógrafo en casa, que es donde aprende a hacer retratos, paisajes, etc. A mí me gusta enfrentarme cada día al lugar que habito porque cada día encuentro fotos nuevas. Esta es la mejor gimnasia para un fotógrafo. Vuelves con la alegría de haber captado algo que no viste ayer.