‘Police violence’, de Patrick Zachmann (1990)

El día de la liberación de Nelson Mandela, una multitud esperaba en una plaza la llegada del carismático líder para escuchar sus primeras palabras. De repente, la policía comenzó a disparar. Uno de los agentes apuntó directamente y disparó con perdigones al fotoperiodista Patrick Zachmann, momento que recoge la foto. Zachman tomó la imagen justo cuando uno de los proyectiles lo alcanzaba, y ha sido utilizada muchas veces como símbolo de la lucha por la libertad de prensa.

En total, el fotógrafo recibió una treintena de impactos en pecho, piernas y brazos. Dos proyectiles impactaron en sus Leicas.

 

Police violence zachmann

Foto: Patrick Zachmann

Pero inmediatamente después de caer herido, pasó algo que el propio Zachmann relata así:

Estaba tumbado en el suelo, cubierto de sangre y con mi brazo izquierdo hinchándose sin parar, esperando a que alguien se ocupara de mí y me sacara de allí (la policía seguía disparando).

Cuando todo sucedió, había otros dos fotógrafos conmigo. No nos conocíamos. El fotógrafo de Gamma desapareció del lugar, pero el de Reuters se acercó. Me sentí agradecido, ¡aunque su primer impulso fue fotografiarme! Me sacó varias fotos mientras estaba allí tirado, y después él y otro hombre me llevaron a un lugar cercano donde había varios heridos en el suelo.

Muchas veces me he preguntado por ese primer impulso de aquel fotógrafo y qué es lo que hubiera hecho yo en su lugar. No estoy seguro de si hubiera hecho las fotos, pero entiendo su actitud como fotoperiodista y creo que estaba en su derecho de hacerlo.

Antes de hacer fotos de gente sufriendo, o de ir a lugares de conflicto, me pregunto si está realmente justificado, y si el hacer esas fotos puede ayudar a la gente o a la situación. Es esencial que los reporteros y fotoperiodistas corran riesgos para poder informar. Pero yo no soy ese tipo de fotógrafo y no siento la obligación de sacar ese tipo de fotos.

Como consecuencia de las heridas, Zachmann pasó tres meses inmovilizado.

Aprendí a evaluar mejor los riesgos y a ser más cuidadoso en ese tipo de situaciones. También he aprendido a sentir compasión por la gente que está frente al objetivo de mi cámara.

Semanas después de caer herido, Henri Cartier-Bresson le escribió una postal: «Espero que tus heridas hayan sanado bien; ellos te dispararon con balas, pero piensa que tu cámara es como un lanzallamas, un arma mucho más efectiva».

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