Clarissa Bonet (1986) es una fotógrafa estadounidense cuyas imágenes de entornos urbanos ahondan en la psicología del individuo y en su relación con el espacio. Clarissa no es fotógrafa de calle, sino que observa la ciudad, capta aquello que le llama la atención (un gesto, una escena concreta) y después lo recrea utilizando modelos contratados para ello en localizaciones cuidadosamente seleccionadas.
El suyo es un lenguaje de luz, color y sombras que bebe directamente de la influencia de grandes fotógrafos como Saul Leiter, Ray K. Metzker o Gueorgui Pinkhassov. Su forma de trabajar, sin embargo, con escenas cuidadosamente escenificadas y controladas al milímetro, se aleja de la espontaneidad de la fotografía de calle pura y dura y entronca directamente con el estilo de Gregory Crewdson, otro experto en ahondar en la psicología humana a través de fotografías escenificadas.
Geometrías, juegos de luz y figuras humanas aisladas son los tres elementos a través de los que esta fotógrafa norteamericana crea imágenes que combinan una cuidada estética con una inequívoca atmósfera psicológica.
El trabajo de Clarissa Bonet ha sido reconocido internacionalmente y se ha exhibido en galerías y salas de arte dentro y fuera de su país natal, Estados Unidos. También se ha publicado en medios como la CNN y el Wall Street Journal.
Sus comienzos
Aprendí fotografía con una cámara analógica y no me compré una digital hasta que comencé a estudiar en la universidad. Ahora trabajo tanto en analógico como en digital, dependiendo del proyecto. Para mí son dos herramientas diferentes, ninguna es mejor que la otra, cada una tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
La importancia de la luz
Me encanta fotografiar con luz extremadamente dura, algo que puede resultar complicado cuando trabajo en digital. La película parece atrapar la luz dura de una manera más suave, que es lo que yo busco. ¡Y me encanta disparar con mi Mamiya 7 II!
La chispa que despertó su interés
Cuando me mudé de Florida a Chicago, el medio urbano, en el que yo era una forastera, me golpeó, sobre todo esas bastas y altísimas estructuras que oscurecían el horizonte y la enorme cantidad de personas moviéndose a mi alrededor. Me sentí fascinada por esos individuos anónimos que compartían el espacio urbano. Nuestros caminos podían cruzarse espontáneamente y luego no volverse a cruzar jamás. Ese aspecto de la vida urbana me resultó especialmente fascinante.
Leiter y Metzker, su inspiración
Analizar el trabajo de mis fotógrafos favoritos me ha ayudado a desarrollar mi propio estilo. Comencé preguntándome qué era lo que me había llevado a sus trabajos y qué era lo que me resultaba particularmente cautivador. He aprendido un montón sobre mi propia fotografía analizando el trabajo de otros.
Ray Metzker y Saul Leiter son dos fotógrafos increíbles que han inspirado mi trabajo City Space. Aunque ambos son fotógrafos de calle y trabajaron de forma diferente a la mía, aprendí un montón de sus métodos para construir imágenes.
El proyecto que la dio a conocer: Space City
El espacio urbano es sorprendente, con esos edificios altos y misteriosos, esas muchedumbres de individuos anónimos, el interminable mar de cemento… Space City es un proyecto aún en desarrollo, una exploración fotográfica del ambiente urbano y cómo yo lo percibo. Me interesa el espacio físico de la ciudad y su impacto físico y emocional en el cuerpo humano. Mis fotografías recrean situaciones rutinarias que se dan en las ciudades y que yo misma he experimentado o presenciado.
La luz dura, las sombras profundas y los colores tenues son estrategias visuales que exploro para describir la ciudad. Utilizo la ciudad como un escenario y transformo el espacio físico en uno psicológico. Mis imágenes no representan una experiencia común, pero en su lugar proporcionan una interpretación personal del paisaje urbano.
Su método de trabajo
Mi trabajo se basa en el comportamiento de los peatones en la ciudad y en la observación del espacio urbano. Mi forma de trabajar tiene mucho que ver con la fotografía de calle: merodeo por la superficie urbana durante horas, observando y reaccionando a aquello que me voy encontrando. La principal diferencia es que no tomo mis fotos finales en esos paseos. Observo, tomo notas en mi libreta y capturo imágenes con mi móvil, que para mí son como bocetos. Me interesa captar la reacción de las personas ante un monumento o un evento, y no quedarme en la mera descripción fotográfica.
Además, la calle es como un escenario donde tienen lugar el teatro del día a día. Uso la luz, la sombra, el color o los efectos atmosféricos para reforzar esta idea de la calle como escenario. Armada por la inspiración de mis paseos anteriores, uso esas representaciones de la vida diaria para mi cámara.
Un ejemplo concreto
A veces, esos bocetos que hago con mi móvil no se parecen en nada a la fotografía final. Son como una especie de collage. Puedo usar el gesto de una persona de una escena y la localización y la iluminación de otra. Muchas veces, los momentos que me inspiran se dan en entornos caóticos y llenos de distracciones. Hay tantas cosas que resulta difícil distinguir bien lo que a mí me interesa.
Un ejemplo es Sweeping Traces (barriendo rastros). Una mañana muy fría, estaba dando uno de mis paseos y recuerdo que todo estaba muy silencioso para ser un día de labor. Desde la distancia oí a una persona barrer. Miré a mi alrededor para localizarla y vi a un hombre en la acera barriendo unas colillas frente a un edificio. Barría de forma suave y hermosa los rastros de las personas que acababan de estar en ese lugar. Me interesan las marcas que el paso de las personas deja en algunos lugares, las marcas que hablan de su presencia en su ausencia, como las colillas, los grafittis, los chicles pegados en la acera… Quería sacar una foto de ese momento.
Este hombre y su forma de actuar me atraparon durante un tiempo. Pasó cerca de un año hasta que hice la foto. Necesitaba una localización que encajara bien con mi idea. Si hubiera sacado la foto la primera vez que vi a este hombre la imagen no hubiera tenido el mismo impacto. Había muchos elementos distractores y hubiera sido difícil para el espectador, por la distancia y el ángulo de la cámara, descifrar lo que ese hombre estaba haciendo. Resumiendo, la imagen no hubiera estado a la altura de la idea.
Recreando y reconstruyendo mi imaginario, puedo ser enormemente selectiva con lo que entra en el encuadre y lo que el espectador va a ver. Así que elijo la localización, la luz, las proporciones, etc, que mejor se ajustan a una idea concreta. De esta forma, obligo al espectador a tomar en consideración sólo lo que yo quiero, y así se acercan más a la intención que hay detrás de mi foto.
Sus reglas
No diría que tengo reglas aparte de asegurarme de hacer la foto en el momento oportuno del día y con la climatología correcta. Todas mis imágenes están muy pensadas. Normalmente, tengo una localización y un tiempo concreto en la cabeza para cada toma. A veces tengo que esperar una o dos semanas para hacer una foto porque el tiempo no colabora. La luz es una parte esencial de mi trabajo, y yo uso casi exclusivamente luz natural, así que necesito que el tiempo coopere.
Fotografía y arte
La fotografía es una forma de arte liberadora. No hay más limitaciones que aquellas que el artista se pone a sí mismo. Para mí la fotografía es un medio maleable que transforma ideas en objetos artísticos tangibles.
*Las palabras de Clarissa Bonet estás sacadas y traducidas de dos entrevistas originales en inglés: una en la revista sobre fotografía creativa Lomography y la otra en Aint-Bad, una publicación online sobre el nuevo arte fotográfico.
Cómo me gusta descubrir este tipo de fotógraf@s, muchas gracias Leire!!!!
Un placer, Jesús!