Si alguien nos pidiera que nombráramos un fotolibro de Trent Parke, la inmensa mayoría de nosotros citaríamos el mismo: ‘Minutes to Midnight‘. Publicado en 2005, es fruto del viaje que Parke hizo con su mujer, la también fotógrafa Narelle Autio, y que les llevó a recorrer más de 90.000 kilómetros a lo largo y ancho de Australia. Un periplo que recuerda al que ya hiciera el recientemente fallecido Robert Frank por EE.UU. y del que nació el magnífico ‘Los Americanos‘, el libro de referencia de Parke.
Pero ‘Minutes to Midnight’, pese a su importancia y relevancia en la carrera del australiano, no es el trabajo seminal de Parke, ni el que sentó las bases de su estilo. Ni siquiera el que más y mejor caracteriza al fotógrafo. De hecho, puede decirse que ‘Minutes to Midnight’ no existiría si antes Parke no hubiera publicado el libro con el que sueñan muchos coleccionistas: ‘Dream/Life’.
‘Dream/Life’ nace fruto del trabajo cuatro años de Parke fotografiando las calles de Sídney, de 1995 a 1999. Es un ejemplo magnífico del uso que se puede hacer de la luz como elemento transformador y de cómo evocar, en imágenes, el universo interior del propio fotógrafo.
‘Dream/Life’ comenzó a gestarse cuando Parke, a la edad de 20 años, dejó Newcastle, su ciudad natal, para trasladarse a Sídney.
Dejé todo atrás, incluyendo a mis amigos de la infancia y a mi mejor amigo, así que en Sídney sentía una sensación de completa soledad. Decidí hacer lo que siempre hago: salir a la calle y usar mi Leica para fotografiar cómo me sentía en aquel momento. Siempre intento canalizar mis emociones personales a través de mi trabajo. Es algo muy diferente de lo que hacen muchos fotógrafos documentales, que lo que quieren es representar la ciudad de la manera más objetiva posible. Para mí, sin embargo, hacer fotos es algo muy personal: se trata de lo que hay dentro de mí. No pienso en cómo lo harían otras personas. Yo fotografío para mí mismo.
El resultado fue una visión de Sídney muy diferente a cualquier otra: una ciudad melancólica, inquietante, compleja, pero, sobre todo, diferente.
En ‘Dream/Life’ Sídney es una urbe llena de misterio. Parke juega con los tiempos de exposición para mostrarnos una ciudad que nos resulta totalmente desconocida: la colorida y soleada Sídney es ahora un lugar oscuro, monocromático, en blanco y negro, con luces imposibles que parecen luchar, estranguladas, entre profundas sombras. Las personas son seres en su mayoría anónimos y solitarios, los son incluso cuando aparecen en grupo; almas lejanas en un mundo en lo que lo real y lo onírico se confunden. En ‘Dream/Life’ la mirada de Parke va más allá del documentalismo clásico.
Quería presentar una versión más real de Sídney, con muchas tormentas, lluvia y truenos, y mostrar sus cualidades más oscuras, las sombras que habitan esta ciudad, lejos de las típicas imágenes de postal que ve el resto del mundo. También quería captar imágenes que fueran poéticas, pero me encontré con que la ciudad era bastante fea, con toda esa publicidad y basura visual que abarrota las calles. Entonces descubrí que podía utilizar la luz dura propia de Australia para aclarar la imagen y, a su vez, crear zonas de grandes sombras. Esa luz abrasadora que es tan típica de Sídney… Creé esas sombras profundas para borrar gran parte de la publicidad y hacer que las escenas fueran más negras y dramáticas. Quería sugerir un mundo de sueños. La luz hace eso, cambia algo todos los días y lo convierte en algo mágico.
Con ‘Dream/Life’ un jovencísimo Trent Parke adopta ya el que será el rasgo que vertebrará y caracterizará toda su obra: explorar los límites de la fotografía, intentar llevarla siempre un poco más allá de lo establecido.
Así, mientras ‘Dream/Life’ explora la vida en las calles de la ciudad más grande y cosmopolita de Australia, el más famoso ‘Minutes to Midnight’ es una evolución necesaria en su carrera, un paso adelante en su incansable búsqueda de respuestas, una visión oscura y personal, más sensorial si cabe, de la Australia contemporánea.
Mi fotografía se basa en hacer preguntas, es una búsqueda constante del porqué.
A medida que vamos pasando las páginas del libro, asistimos a una sucesión de imágenes en las que Parke utiliza la dicotomía luz/sombra para crear toda una serie de composiciones que resultan, cuando menos, fascinantes.
En Parke, el claroscuro no es solo un método, es también una herramienta pictórica y conceptual. Sin embargo, el fotógrafo australiano no abandona los grises, ni mucho menos; en ‘Dream/Life’ son transiciones, zonas de descanso visual, que no interrumpen el relato, sino que lo cohesionan. Hay, por tanto, un lugar para fotografías de lectura más pausada y textura más evanescente, pero que no rompen ese atractivo halo de misterio que envuelve el libro, esa sensación de ‘no-lugar‘ perdido en el tiempo.
En ‘Dream/Life’ vemos imágenes casi fantasmagóricas, en las que los sujetos parecen seres sin existencia propia, meras presencias. Hay algo de espiritual y místico en esas atmósferas, un componente emocional y psicológico que entronca con el estilo de otro fotógrafo de culto, como es Michael Ackerman. Pero hay, sobre todo, un elemento indispensable y precioso en fotografía y que nos atrapa a todos de forma inevitable: misterio. Junto a esto hay también sensibilidad y un profundo poder evocador. Parke puso el listón muy alto con su primer fotolibro.
Pero si algo ha marcado la obra de Trent Parke desde el primer día es su historia personal, y sobre todo la muerte de su madre. Es más evidente en libros como ‘The Black Rose‘, pero ‘Dream/Life’ no está exento de esa sensación de trauma, vacío y pérdida. Si algo es este libro es una búsqueda, una necesidad de descubrir lo que hay bajo las apariencias, en este caso concreto, una visión completamente nueva y me atrevería a decir que revolucionaria de Sídney, diametral e intencionadamente opuesta a los tópicos.
Mamá murió una noche, de repente, de un ataque de asma. Eso fue todo. Todo había terminado. Fue el gran punto de inflexión en mi vida, el que me provocó esa desesperación por aprovecharlo todo mientras pueda. No hay ninguna certeza de que vaya a haber un mañana.
Parke convirtió esta inquietud existencial en una ventaja, una energía que le hacía estar en constante movimiento en busca de la siguiente foto. El distrito financiero de Sídney es bastante pequeño comparado con el de muchas ciudades europeas y, mientras fotografiaba ‘Dream/Life’, Parke recorría la zona varias veces en un solo día.
Soy bastante ansioso, nunca me quedo quieto. Así es como abordo la práctica de la fotografía de calle: me fijo en todo. Si creo que algo puede suceder, entonces me quedo un rato en ese sitio. Pero la mayoría de las veces me muevo de un rincón de la ciudad a otro, buscando cosas. Tampoco me gusta quedarme quieto porque la gente se acaba fijando en ti. Nunca nadie me ha parado ni me ha dicho nada, y eso es simplemente porque nadie me ve. Estoy allí un momento y al siguiente desaparezco. Cuando pasas mucho tiempo en un lugar, al final eso acaba influyendo en lo que sucede a su alrededor. Y yo solo quiero captar las cosas tal y como suceden, sin interferir para nada en la acción.
‘Dream/Life’ es el intento Parke de encontrarse a sí mismo fotografiando la ciudad. Busca hacer imágenes que sean reales y poéticas al mismo tiempo. Pero el caos y la complejidad visual de la urbe lo abruman. Sidney, como cualquier otra gran ciudad, presenta un gran problema: el ruido visual: vallas publicitarias, luces, señales de tráfico, automóviles… ¿Cómo mostrar, entonces, la ciudad que se esconde detrás de esa máscara y hacerla un reflejo de sus propias inquietudes interiores?
Parke encuentra un potente aliado, un elemento caprichoso y voluble, con lenguaje propio, y que es el más eficaz a la hora de mostrar lo oculto y ocultar lo evidente. Ese elemento no es otro que la luz. Su control sobre ella es tal, que algunas de sus fotos parecen hechas en un estudio.
Así, el uso de sombras profundas y el dramatismo que estas impregnan en las imágenes fue lo que permitió a Parke hablar sobre Sídney de una manera propia, única y personal. Desenmascaró el lado oscuro de la ciudad, ese mundo oculto de sueños, luces y sombras, de personajes huidizos y lugares perdidos en una atmósfera borrosa.
Este australiano miembro de Magnum no es el primer ni el único fotógrafo que vuelca sus vivencias personales en su fotografía de una forma más o menos intencionada. No todos logran, sin embargo, hacerlo de una forma lo suficientemente ambigua y abierta como para poder crear un vínculo personal y directo con el espectador. Parke es uno de esos privilegiados que lo consigue. Sus imágenes tienen el poder de provocar un sentimiento y una reacción en quien las mira; su obra es, en ese sentido, claramente bidireccional, un diálogo de ida y vuelta, una acción-reacción. Las fotografías de ‘Dream/Life’, y por extensión las de sus obras posteriores, nacen todas de sus vivencias personales, pero son metáforas que se adaptan a las experiencias del propio espectador, por lo que nos permiten construir nuestra propia relación con ellas: de identificación, de cercanía, de oposición, de goce estético, de simple y pura fascinación…
Lo que Parke hace, en definitiva, es algo que va más allá de contar su propia historia. El suyo es un ejercicio de complicidad visual en el que no impone lecturas, las propone. Esa es una de sus mayores cualidades como fotógrafo, una entre muchas.
Trent Parke comenzó a hacer fotos a los 12 años, con la Pentax Spotmatic de su madre y usando el cuarto de la colada como laboratorio de revelado.
No recuerdo el momento exacto en que sucedió. El momento en que recogí el Pentax Spotmatic de mamá y comencé a tomar fotografías. La caja negra con el agujero y la lente plateada adjunta. Y fue ese cuarto oscuro el que cambiaría mi vida. Siempre. Observar cómo aparecía la primera fotografía en la bandeja del revelador fue el mejor truco de magia que jamás había visto.
Salía a hacer fotos todos los días, se convirtió en una especie de droga. Me encantaba el «subidón» de meterme en medio de toda esa gente y tener que disparar para captar esas imágenes. En los primeros 10 años de mi carrera, recorría las calles de Sídney como un maníaco. Estaba loco.
Fruto de esa ‘locura’ son los citados ‘Dream/Life’ y ‘Minutes to Midnight’, y un tercer fotolibro, ‘The Seventh Wave‘, publicado entre ambos, y en el que Parke comparte autoría con la fotógrafa Narelle Autio, su mujer, a la que conoció cuando trabajaba en ‘Dream/Life’.
Tan pronto como conocí a Narelle, di por terminado ‘Dream/Life’, y lo hice porque, emocionalmente, la razón para hacer fotos había cambiado por completo. Ya no me sentía solo.
Decidí publicar yo mismo ‘Dream/Life’ porque, al final, quería tener el control absoluto del libro hasta que estuviera terminado. Hubiera sido casi imposible encontrar a alguien en Australia que publicase un libro como ese. Me costó alrededor de 65.000 dólares australianos (unos 40.000 euros) y, aunque nunca voy a recuperar la mayor parte de ese dinero, no sería capaz de valorar cuánto me ha ayudado en mi carrera.
Tal y como se ve en ‘Dream/Life’, Trent Parke huye de lo rutinario, de las cosas tal y como estamos acostumbrados a verlas, y busca composiciones, estéticas y perspectivas que resulten novedosas e interesantes. Pero jamás interviene ni provoca situaciones, sino todo lo contrario: atrapa lo que sucede de forma totalmente natural. Y lo hace jugando con nuestras propias ideas preconcebidas: un hombre que parece surgir de una niebla apocalíptica, ¿es un ángel o un demonio?, grupos de personas en las que el yo parece diluirse en una masa amorfa, o individuos a los que Parke oculta el rostro con sombras e imágenes borrosas…
Lo que de verdad me interesa es el mundo que hemos construido: las masas de gente, el dramatismo de la luz reflejándose en los edificios… Todo eso me fascina, hace que la sangre se me acelere. Pasan tantas cosas en la calle que nunca sabes lo que va a suceder después.
Para mí no es suficiente estar en la calle y fotografiar gente, también necesito forzar las posibilidades del medio fotográfico. Quiero crear imágenes nuevas e interesantes, no cosas que ya se han visto antes. Es algo que funciona a diferentes niveles. No creo ser lo suficientemente inteligente como para preparar o montar escenas. Prefiero ver lo que sucede a mi alrededor, atrapar esos momentos y dejar que el azar haga su parte. Y por eso cuando una fotografía funciona, se percibe en ella una especie de cualidad épica.
A la hora de hablar de las cosas que marcan su estilo, Parke suele citar dos: sus años como fotoperiodista deportivo, que le ayudaron a desarrollar el instinto para anticiparse al ‘momento’ y así poder captarlo. Y también, y muy especialmente, la música de grupos como Radiohead y Nine Inch Nails, junto con otra banda mucho menos conocida:
La música es una de mis fuentes de inspiración. Hay un grupo islandés llamado Sigur Rós que hace una música triste y melodramática. La suya es una atmósfera oscura y de ensueño, y creo que es eso precisamente lo que trato de evocar con mis fotos, aunque yo no sea consciente de ello cuando estoy fotografiando.
‘Dream/Life’, además de sentar las bases estéticas y narrativas de la obra de Parke, es también la apuesta temprana de un joven fotógrafo por un formato determinado: el del fotolibro. El propio Parke ha declarado más de una vez que cuando hace fotos siempre lo hace pensando que esas imágenes acabarán formando parte de un libro. Para él, es la forma natural de presentar y estructurar un relato visual.
Desde que comencé ‘Dream/Life’, supe que el proyecto tenía que cristalizar en un libro para poder plasmar así mis sentimientos hacia la ciudad. Las fotos individuales son interesantes, pero para mí el verdadero arte y la verdadera mirada se perciben cuando organizamos el conjunto de fotografías en un libro. Cuando hago fotos siempre tengo en la cabeza hacer un libro. Los que más me han influido son ‘Los Americanos’, de Robert Frank (1958); ‘Los Alamos’, de William Eggleston (2003); ‘Exiles’, de Josef Koudelka (1997); ‘American Photographs’, de Walker Evans (1938) y ‘Uncommon Places’, de Stephen Shore (1982).
Curiosamente, esos cinco libros que cita Parke tienen un elemento muy característico en común, el viaje en carretera, algo que puso en práctica el fotógrafo australiano en ‘Minutes to Midnight’, que es el resultado de un viaje por toda Australia.
Pero ‘Dream/Life’ es también el resultado de un viaje, quizá no físico, como en ‘Minutes to Midnight’, pero sí emocional, a través del laberinto interior del propio fotógrafo. Es el viaje que le lleva a descubrir la luz como elemento expresivo y como herramienta compositiva, y durante el cual Parke aprende a atraparla, utilizarla y modelarla casi a su antojo.
En ‘Dream/Life’ Trent Parke convierte la luz en el elemento transformador de la realidad australiana, de su realidad. En este su primer fotolibro la luz sorprende, penetra, brilla y, a veces, hiere. En muchas de sus fotos es un elemento que corta la imagen y transforma los elementos de forma implacable, a bocajarro. En ‘Dream/Life’ la luz es capaz de crear, siempre a través de la lente de Parke, imágenes desconcertantes, con profundas sombras y trepidados inquietantes. La luz oculta y muestra elementos, dirige nuestra mirada, juega con el espectador… lleva la fotografía a otro nivel, hacia sus límites, y lo hace de tal forma que el día más luminoso se convierte muchas veces en el más oscuro, llegando a crear incluso atmósferas con cierto aire apocalíptico.
La eterna búsqueda personal y fotográfica que comenzó con ‘Dream/Life’ continúa viva 20 años después. Desde entonces, Trent Parke se ha convertido en uno de los fotógrafos que más y mejor dominan la luz, algo que es clave en un estilo tan personal como el suyo.
Siempre estoy persiguiendo la luz. La luz convierte lo ordinario en algo mágico.
Ese ‘algo mágico’, y la habilidad de Parke para atraparlo, estuvo ya muy presente en ‘Dream/Life’, un primer fotolibro con el que Parke asombró al mundo de la fotografía antes de haber cumplido los 30 años. Hoy en día, esta joya fotográfica está descatalogada y es prácticamente imposible de conseguir sin castigar severamente nuestro bolsillo. Es objeto de deseo de muchos, pero es también, y sobre todo, la prueba del enorme talento de un fotógrafo sin igual.
NOTAS:
-Las palabras de Trent Parke están sacadas de varias entrevistas disponibles online,
-Otros post sobre Trent Parke publicados en este blog:
+Trent Parke y sus 11 consejos sobre fotografía
Dónde comprar el libro:
Comprando el libro en Amazon desde este enlace, ayudas al mantenimiento de este blog.
Excelente nota y gran fotógrafo, alguien distinto y con un sello personal único.saludos
Cierto! A mí, personalmente, me gusta mucho. Gracias por tu comentario! 🙂
Chapeau Leire! Mil gracias!
Gracias a ti, Pablo! Me alegro de que te haya gustado 🙂
Impresionante el trabajo de este hombre !!!
Y tanto!
Un agozada descubrir a un fotógrafo tan potente como Trent, no le conocía y me parece impresionante!
Es todo un referente para muchos. Y no es de extrañar.
Como siempre, un placer leer tus artículos, tan bien escritos y documentados. Conocí el trabajo de Trent Parke hace relativamente poco tiempo y quedé atrapado en sus redes de luces y sombras, como un pequeño insecto indefenso. Es uno de esos trabajos que te hacen replanteártelo todo. Lógicamente, ni se me ocurre intentar copiar su estilo, ni tan siquiera aproximarme. Pero es como si alguien hubiera abierto una puerta enorme a un terreno casi inexplorado que te llama intensamente y al que te tienes que resistir para poder seguir tu camino. Sin embargo, sus imágenes siempre me acompañarán en mis búsquedas personales. Gracias.
Gracias, Carlos! Me alegro de que te haya gustado el post 🙂
Curiosamente conocí el trabajo de Trent Parke leyendo el artículo que escribiste sobre «Moving Bus» Desde ese momento se convirtió en uno de mis fotógrafos de referencia. Muchas gracias por regalarnos otro artículo tan bien escrito y tan entretenido.
Me alegro de haberte descubierto a Parke. También es uno de mis favoritos (creo que se me nota, no?) Gracias por tu comentario!