La fotografía fue tomada en 1974 durante un taller organizado por Ansel Adams en el que Judy Dater formaba parte del cuerpo de docentes. Participaron cerca de 100 alumnos e Imogen Cunningham era una de las profesoras invitadas.  Cunningham, que entonces ya era una leyenda viva de la fotografía, tenía 91 años y llevaba más de seis décadas sacando fotos.

Imogen and twinka

Foto: Judy Dater

Según relataría después Twinka Thiebaud, la modelo que aparece desnuda en la foto, el taller comenzó de una forma un tanto desordenada, y los estudiantes, que no sabían muy bien qué hacer, revoloteaban sin cesar alrededor de los modelos desnudos, «como si fueran paparazzis».

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En un momento dado, Judy Dater, Imogen Cunningham y Twinka se apartaron del resto. La modelo se apoyó en un árbol y Judy llamó a Imogen, que merodeaba cerca. Cuando la anciana fotógrafa apareció y Twinka se asomó para mirarla, Dater apretó el botón.

La fotografía está inspirada en un cuadro, Persephone, pintado por Thomas Hart Benton en 1939. En él, un hombre mayor vestido observa a una mujer desnuda que descansa apoyada en un árbol justo después de tomar un baño. Esta pintura ha sido el leitmotiv de muchas de las fotografías tomadas por Dater.

persephone painting

«Tiene mucho que ver con el voyeurismo y  mucho que ver con el papel del fotógrafo porque cuando sacas fotos tú miras a alguien. Muchas veces ellos saben que los estás mirando, al menos en mis fotos, me gusta que la gente sepa que la estoy fotografiando. Es esa idea de alguien que es observado por otro», explica la propia fotógrafa.

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‘Imogen and Twinka in Yosemite’ se publicó dos años después, en 1976, en la revista Life, en una edición especial sobre los 200 años de la mujer estadounidense. Fue el primer desnudo frontal de un adulto que publicaba la revista. Imogen Cunningham murió ese mismo año, a la edad de 93 años.

Las protagonistas de la foto

Imogen Cunningham (1883-1976).  Una de las grandes  fotógrafas del siglo XX. Estudiaba Químicas cuando en 1901 una foto de la fotógrafa pictorialista Getrude Käsebier cambió su vida para siempre. Pionera en realizar desnudos masculinos, fue una gran retratista, trabajó el pictorialismo, la abstracción de motivos naturales y el documentalismo ligado a la fotografía de calle. Está considerada como la inventora del «robado», esas fotografías espontáneas hechas sin que el sujeto lo sepa. Era también una mujer de carácter y fuertes principios. Cuando la contrataron para retratar a varias superestrellas de Hollywood y le preguntaron a quién quería fotografiar, dijo: «A hombres feos». Fue, además, una de las integrantes del efímero pero famoso grupo f/64 junto a fotógrafos de la talla de Ansel Adams y Edward Weston.

Twinka Thiebaud (1945). Supermodelo estadounidense, hija del pintor Wayne Thiebaud, posó para algunos de los fotógrafos más importantes del siglo XX: Mary Ellen Mark, Arnold Newman, Lucien Clergue, Eikoh Hosoe, Ralph Gibson y Robert Heinecken, entre otros.

Judy Dater (1941). Fotógrafa estadounidense, fue alumna de Imogen Cunningham, para la que posó desnuda. Muy ligada a la corriente feminista, su obra es un desafío a la concepción tradicional del cuerpo femenino.

judy dater self portrait

Foto: Judy Dater (autorretrato)

Una foto que inspiró ensayos y poemas

En torno a esta fotografía se escribieron varios ensayos de corte feminista. En 1974, la crítica Lucy Dougan afirmó que la foto «parodiaba la representación del voyeurismo masculino en el arte occidental, alterando alegremente todas esas violaciones míticas de los lugares sagrados. Contrapone la ciudad a lo bucólico o pastoril: la cámara en manos de Cunningham representa ese toque tecnológico de la vida urbana, pero aquí tiene un aire obsoleto y hace que las nueva formas de mirar y las viejas narrativas converjan». Dougan continúa comparando la foto con el poema de Kathleen Raine en el que habla de cómo una mujer anciana recuerda los pechos de su juventud.

En 2011, Donna Stein escribió: “Dater da la vuelta al tradicional mito erótico de un hombre mayor que mira lascivamente un voluptuoso desnudo para mostrarnos a dos mujeres, una joven y otra anciana, una frente a la otra”.

La atracción que muchos sintieron por esta fotografía fue tal que, por ejemplo, el poeta y profesor de literatura John Hildebidle escribió un poema inspirado en ella.

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