‘Halo’ trata sobre la relación entre la naturaleza y la obra del ser humano. A lo largo de todo el libro, hay algo que nos habla sobre el paso de tiempo y, con ‘Halo’, hablo de cosas que permanecen inalterables durante cientos de años, mientras que el mundo cambia constantemente a su alrededor.
A la hora de crear un estado de ánimo, necesito que muchos elementos converjan en una serie, no solo retratos, sino paisajes y pequeños detalles, así como un estado de ánimo, el cielo, el aire… Se trata de crear un misterio, pero también de expresar mis propios sentimientos sobre el paso del tiempo y la fragilidad de la vida. Son imágenes metafóricas que hablan de lo frágil que es nuestro mundo.

‘Halo’. Foto: Rinko Kawauchi.
La forma en que hice a ‘Halo’ fue bastante similar a como creé mi trabajo, Ametsuchi. ‘Halo’ pone mayor énfasis en la oscuridad y las sombras, pero, aún así, pueden observarse ciertos paralelismos con otros proyectos: la luz, las oraciones invisibles al ojo, la esperanza, el caos…
Empecé a hacer fotografías de bandadas de pájaros cuando estaba en la Bienal Fotográfica de Berighton, en 2010. A partir de ahí, seguí haciendo fotos en las que las aves eran las protagonistas y pensé que para un libro como ‘Halo’ me vendría bien combinar elementos similares de diferentes sujetos. También hice fotos en China y durante los ritos sagrados de Izumo-taisha, un santuario japonés.

‘Halo’. Foto: Rinko Kawauchi.
Me siento identificada con las cosas pequeñas que pueden verse en mitad de la grandeza de la naturaleza. Se trata de encontrar una especie de espacio mental, si es que eso tiene algún sentido. Cuando estoy haciendo fotos, sigo mi intuición sin pensar en nada más. Pensar demasiado es aburrido, no es bueno. Evita las sorpresas. Cuando consigo una foto, solo digo «gracias» y sigo adelante. Solo después de eso me convierto en editora y doy significado a mi trabajo.
Cuando empecé a montar el libro, seguí el mismo método que he usado siempre: mezclar diferentes motivos para crear una composición final. Al hacerlo así, sujetos de diferente naturaleza se alinean y conectan los unos con los otros. Creo que en esa estructura es donde pueden darse nuevas y sorprendentes relaciones.

‘Halo’. Foto: Rinko Kawauchi.
A primera vista, muchas cosas parecen ni tener relación aparente, pero todos comparten existencia en la tierra en el mismo eje de tiempo. Y, milagrosamente, esas cosas existen debido a un equilibrio exquisito gracias al cual conviven en la naturaleza.
En este sentido, espero que mi trabajo sirva para compartir mi gratitud hacia la naturaleza con aquellos que se toman su tiempo para mirar mis fotografías.

‘Halo’. Foto: Rinko Kawauchi.
No sabría definir mi trabajo. Lo cierto es que no se me da muy bien hablar ni describir cosas y creo que por eso me hice fotógrafa. Lo que quiero es enseñar mis fotografías sin tener que dar ningún tipo de explicación.
De niña no era muy alegre, siempre estaba tristona. No me gustaba la escuela, pero siempre estaba leyendo libros; nada serio, cuentos de hadas, libros ilustrados para niños, novelas para adolescentes y literatura extranjera.

‘Utatane’. Foto: Rinko Kawauchi.
También miraba algunos fotolibros. Vi ‘American Roulette’ de Shinya Fujiwara cuando estaba en primaria. No podía entender por qué le había dado ese título a su libro de fotografías sobre Estados Unidos. Intenté leer el epílogo, pero me resultó demasiado difícil de entender. También vi ‘Memento-Mori’, así como ‘Couple’ de Joji Hashiguchi. También me interesaban las fotografías de animales en libros de naturaleza. Recuerdo que me sorprendieron particularmente los textos Hashiguchi. Al mismo tiempo leía a Osamu Hashimoto y Seiko Tanabe. Una vez, un joven bibliotecario me dijo que yo era demasiado joven para leer libros como esos. No me importó y seguí leyendo, aunque no siempre los entendía.
Me siguen gustando mucho los libros. Incluso si no entiendo el contenido, estoy feliz de tenerlos. Me encantan las bibliotecas. Como no había muchos libros en la biblioteca de mi escuela, solía ir a la biblioteca municipal en Tsurumi Ward (Osaka) en bicicleta. Me gusta estar sola en una biblioteca.

‘Utatane’. Foto: Rinko Kawauchi.
Cuando crecí asistí a la universidad durante dos años y a clases de fotografía una vez por semana, algo que me gustaba un montón.
Fui a la escuela de arte no porque quisiera convertirme en fotógrafa sino porque pensé que sería divertido ir a clases de arte todos los días. Me interesaba estudiar dibujo, diseño e imágenes. Pero con lo que más disfrutaba era con las clases de fotografía.

‘Illuminance’. Foto: Rinko Kawauchi.
Después de graduarme, trabajé en la sección de fotografía de una empresa de publicidad durante un año. Después de eso, trabajé como asistente en un estudio alquilado de fotografía en Tokio durante aproximadamente año y medio. La mayor parte del primer año la pasé haciendo fotos de envases y obras de arte. Esta experiencia me ayudó a aprender mucho sobre la técnica. Después de unos tres años trabajando para otros, decidí ir por libre.
Al principio, trabajé más para agencias de publicidad. Pero he tenido tipos diferentes de clientes, incluyendo revistas.
Aprovechaba el tiempo libre que tenía entre un encargo y otro para trabajar en mis proyectos personales. Otras veces, hacía fotos de aquello que llamaba mi atención mientras trabajaba en algún encargo publicitario. Siempre llevaba una cámara conmigo, por si acaso.

Foto: Rinko Kwauchi.
Muchas veces me preguntan si mi aproximación a la fotografía es diferente cuando trabajo en mis proyectos personales. Cuando estoy con la cámara no hay ninguna diferencia en mi enfoque, eso no depende de si estoy haciendo un trabajo personal o uno comercial. Sin embargo, cuando selecciono las fotos, pienso en dónde y cómo se mostrarán esas imágenes.
En el caso de los trabajos comerciales, a veces tengo que fotografiar cosas preparadas en un estudio, así que en ese caso quizás podría decir que sí que hay una diferencia con mi trabajo personal. Tengo una intención mucho más clara en mi mente cuando estoy haciendo un trabajo comercial. Pero incluso cuando estoy trabajando en un anuncio, estoy buscando el mismo tipo de sentimientos y sensaciones que fotografío.

‘Utatane’. Foto: Rinko Kawauchi.
A veces, me ciño a un plan específico, pero eso depende de la serie. En general, suelo tener en mente la imagen cómo sería el libro de ese trabajo. Para Utatane (siesta), tomé fotos de cosas que me conmovían. Para Hanabi (fuegos artificiales), tenía una idea más específica. Busqué los horarios y lugares de los espectáculos de fuegos artificiales que suele haber en Japón durante el verano. Quería fotografiarlos desde muchos puntos de vista diferentes. A menudo fotografío con la idea de un proyecto en mente: una vista desde una habitación de hotel, de una autopista. Luego trabajo en el diseño de mi publicación.
Sin embargo, lo cierto es que mientras estoy haciendo fotos intento, básicamente, no pensar en nada. Para mí, las mejores fotos surgen cuando mi mente está vacía de pensamientos, cuando estoy concentrada y muy atenta, de forma que no siento nada de mí propio ser. Creo que es similar al «subidón» que experimentan los que hacen running.

‘Hanabi’. Foto: Rinko Kawauchi.
Mientras estoy imprimiendo mis fotos, siempre pienso en cómo construir una serie. En esta etapa, mi mente y mi cuerpo trabajan juntos. A veces me cuesta encontrar una idea, pero sé que después de varios días de impresión y reflexión, la idea llegará.
La atmósfera y la iluminación son muy importantes para mí. Cuando fotografío a contra luz, lo que intento es capturar el alma o el aura del sujeto en lugar del sujeto mismo… Supongo que esa es la razón por la que la gente dice que la luz de mis fotos es única.

‘Illuminance’. Foto: Rinko Kawauchi.
La idea de la vida y la muerte está muy presente en mi obra, pero no pienso ello conscientemente mientras hago fotos. Esas ideas surgen cuando selecciono las imágenes y las coloco formando una serie. Este proceso es muy importante para mí, tan importante como el proceso de sacar la foto. Durante la edición, miro mis obras objetivamente y con calma.
Me encanta ese momento en el que, durante el revelado, descubro algo extraordinario en mis fotos. Siempre hay momentos en los que me sorprendo al ver algo que no esperaba encontrar.

‘Hanabi’. Foto: Rinko Kawauchi.
Intento no dar muchas vueltas al tema de la edición porque creo que si se piensa demasiado en la selección de fotografías y en cómo unirlas, el resultado final acaba pareciendo artificial y sobreestructurado. Aunque siempre es difícil tener un buen juicio durante este proceso.
Es muy diferente presentar tu trabajo en un libro o en una exposición. La mayor diferencia es que el libro puedes tenerlo en tus manos, tocarlo y apreciarlo en un nivel más íntimo. Las exposiciones se ven en cajas blancas. Cuando estás preparando un libro de fotografía, debes tener en cuenta que las fotos van a mirarse de forma secuencial al pasar las páginas. En una exposición, en cambio, lo que más cuenta es el espacio y su estructura. Son dos formas muy diferentes de ver fotografías.
En mis exposiciones, a mí me gusta, cuando es posible, que la gente vea las imágenes en un espacio muy pequeño. De esta manera, el público puede estar cerca de las fotos.

‘Illuminance’. Foto: Rinko Kawauchi.
Mi carrera ha estado centrada principalmente en publicar libros, quizá por esta razón que comentaba de que me gusta que la gente vea mis trabajos de cerca. Aunque sé que hay muchas ventajas al mostrar mi trabajo en espacios más grandes, sigo creyendo que es más adecuado para espacios pequeños. Por eso siempre me aseguro de que haya una sala pequeña donde las personas puedan apreciar el trabajo en un nivel más íntimo. La que hice para la exposición en Art Tower Mito se llamó «confesionario», un nombre que creo que la describía muy bien. Algunos decían que parecía una iglesia, supongo que por el efecto de la altura del techo y la forma en que la luz del sol entraba en la habitación. Es el mismo tipo de atmósfera que me gusta cuando estoy fotografiando. Quiero crear un lugar tranquilo e íntimo donde la gente pueda estar sola y escuchar sus voces internas mientras miran mis obras.

Foto: Rinko Kawauchi.
Cuando me preguntan por los fotógrafos a los que admiro suelo citar a los japoneses Kyoji Takahashi, Toyohisa Araki, Daido Moriyama y Takuma Nakahira. En cuanto a los europeos, me gusta Boris Mikhailov. También me gustan las obras de Wolfgang Tillmans. Generalmente, respeto el trabajo de todos los fotógrafos.
En cuanto a mis influencias, tengo muchas, pero Banana Yoshimoto es quien más ha influido en mi parte espiritual. También me ha influido el trabajo de Satoru Sato, un gran ilustrador de libros para niños.

Foto: Rinko Kawauchi.
Publicar mi trilogía ‘Utatane’, ‘Hanabi’ y ‘Hanako’ cambió mi vida por completo. Significa que ahora me aprecian como artista. En Japón no se te reconoce a menos que hayas publicado algo. Las personas les dan más importancia a sus publicaciones que a sus exposiciones.
Hay una contradicción en intentar captar lo que no vemos fotografiando lo que vemos. Creo que hay un límite, pero desafiar ese límite es una de las razones por las que nací con forma humana. Esos límites son la razón por la que sigo haciendo fotos.
Quiero entender qué significa estar vivo y la naturaleza me ayuda a entenderlo.

Foto: Rinko Kawauchi.
La gente suele decirme que tengo el ojo de una niña. Por ejemplo, suelo mirar a las hormigas cuando se arremolinan alrededor del azúcar, o a los caracoles mientras busco refugiarme de la lluvia. Esas son cosas que haces a menudo cuando eres pequeña, ¿no? Pues yo sigo teniendo una sensibilidad muy parecida a esa.

‘Halo’. Foto: Rinko Kawauchi.
En ‘Halo’ he incluido un poema que habla de lo bello y lo efímero de esos momentos cotidianos que tan a menudo pasamos por alto. Siempre tengo presente la poesía mientras hago fotos. En este libro en concreto, sentí que era necesario incluir algo de texto para reforzar ligeramente el contenido fotográfico. No quería hacer una introducción larga, así que decidí incluir un poema y un texto corto en la última página del libro para ayudar al lector a identificarse con el trabajo.
Todo parece polvo, algo brumoso en la penumbra
La verdad aparece como un destello, en un mundo bajo cero
Es lo efímero, una cruda realidad.
Polvo, nieve, lluvia y restos de esferas de hierro, todos ellos,
Excrementos de pájaro en el capó del coche
Todas iguales, no hay diferencias
No es casualidad que las galaxias y las olas del mar tengan la misma forma
Deseosos de ver cosas bellas
Impresionada por las cosas que existen pero que son invisibles
Aferrándome a incontables emociones, todas interconectadas,
Y siguiendo adelante
Usando algo pequeño, brillante y distante como fuente de luz
Siendo guiada a un lugar profundo en las sombras
Mientras entraba, la nieve caía
Creía que era nieve, pero eran los estorninos
Mirando hacia abajo, la nieve se posa en el suelo
Pero eran los excrementos de los estorninos
Pensé que era una lluvia de bendiciones
Pero era también una lluvia de tristeza
Un hermoso halo de luz se veía en la distancia
–Web oficial de Rinko Kawauchi
-NOTA: Este post está basado en varias entrevistas a Rinko Kawauchi disponibles en Internet. El poema final es una traducción del poema escrito por Kawauchi para el libro ‘Halo’.
Dónde comprar el libro:
Comprando el libro en Amazon desde este enlace, ayudas al mantenimiento de este blog.
Que buen post, tu blog ha sido un gran descubrimiento, enhorabuena y gracias por compartir
Muchísimas gracias por tus palabras, Carlos! Espero que sigas disfrutando de él siempre que quieras! 🙂
Delicada fotógrafa japonesa (supongo que es «natural» que sea así, no lo sé!). En cualquier caso y, como siempre, gracias por «presentárnosla» de una forma tan amena y directa!
Me alegro de que hayas disfrutado con el post. Y te animo a que investigues en el trabajo de Rinko, tiene cosas realmente interesantes!
Meses atrás me descubriste a Rinko Kawauchi recomendando su «As it is», entre un compendio de libros..creo recordar.
Y me quede con la ultima copia que tenian en la tienda online, que tambien recomendavas.
Fue un acierto.
Contrapunto a los albumes familiares del primer año de vida de mis dos hijos. Creo que Rinko consiguió traspasar la intimidad bucolica de las fotos familiares para mostrar una manera de ver, intuir y sentir el mundo de una manera muy..muy..es dificil encontrar las palabras. (Yo lo intente y en alguna foto creo lo consegui pero ella lo plasma en todo el libro, una maravilla)
Visionado y revisionado «As it is», tengo que decir pasado un buen tiempo, me sobran sus textos, las fotos no necesitan de su apoyo, exigen eso si, ser vistas tranquilamente, en silencio, sin prisas. Intimidad y alma (más que pensamiento).
¿Que puedo añadir? Pues que estoy buscando su «When I was seven» (parece que emparentado con «As it is») Pues siento curiosidad por ver como resuelve el rememorar sus 7 años cuando tenia 47, un reto no, lo siguiente.
¿Que tendra la cultura oriental que nos descoloca tanto? (En el sentido que te pega un bofetada, haciendote partir de cero en la manera de mirar, pensar..menos sentir. Es en «la hora de los sentimientos» donde coincidimos todos y donde parecen ser especialistas las/los fotografas-artistas orientales: Fan Ho, Rinko Kawauchi, Daido Moriyama, Masahisa Fukase..todas sus obras van más allá de la descripción obvia, practica, fotoperiodistica..¿occidental? Tal vez porque no buscan un sentimiento en una sola foto sino en un conjunto de ellas)
Ostras, yo filosofando! Pedazo de chapa acabo de soltar.
Un saludo de filosofo-cuñao barato.
Lo siento-lo siento..gracias-gracias..más-más-más..
Hola, Francesc!
Pues me alegra un montón saber que te gustó, te gusta y te sigue gustando el ‘As it is’ de Rinko. A mí me encandiló en cuanto lo vi, esperaba el típico reportaje fotográfico de una madre sobre su hija y su sensibilidad y sencillez me enamoraron. En temas así, tan difíciles y cotidianos, se demuestra la valía de una gran fotógrafa, y ella lo es. Y sí, es muy cierto que los autores japoneses tienen una sensibilidad no sé si especial, pero sí diferente a la de nosotros, los occidentales. Es una cultura y una percepción del entorno y de la vida tan diferente… A mí me resulta irresistible (aunque no todos los fotógrafos japoneses me gustan, que conste).
Un saludo y gracias por tu comentario!
Leire