Aunque muchos no lo sepan, Trent Parke abandonó la fotografía en 2015. Se había pasado los siete años anteriores sumergido en un arduo, profundo y doloroso proceso de indagación sobre el sentido de la vida en general y de la suya en particular. Estaba exhausto, vacío y un tanto hastiado. El fruto de aquel monumental esfuerzo creativo y vital fue el magnífico ‘The Black Rose’, uno de los mejores trabajos de su carrera, pero también el que marcó el final de su idilio con la cámara de fotos. Esa era su firme intención y no había marcha atrás. O eso parecía.

‘The Black Rose’ me llevó siete años de trabajo. Casi acaba conmigo. Fueron, además, siete años de intensa reflexión e investigación sobre el significado de la vida a través de la cámara, o como yo la llamo, el santo grial. Recuerdo que al final pensé, ya está, hasta aquí he llegado, no puedo más. En aquel momento creí que jamás volvería a hacer una foto.

Pero, afortunadamente, la luz y, curiosamente, viendo su trayectoria marcada por el blanco y negro, el color, y un color muy concreto, lo rescataron y devolvieron a la fotografía. ‘The Crimson Line’ es el motivo y el fruto de esa reconciliación con su santo grial, el proyecto que lo trajo de vuelta desde aquel punto que él creía de no retorno.

Entre aquel catártico y bellísimo ‘The Black Rose’ (2015) y este palpitante y cuasi-pictórico ‘The Crimson Line’ (2019), Trent no estuvo inactivo. Parke y Narelle Autio, colaboradora, socia y mujer de Parke, crearon ‘The Summation of Force’, un trabajo en tres tiempos que utiliza imágenes en movimiento, realidad virtual y documental. La versión en realidad virtual se exhibió en el Festival de Cine de Sundance en 2018. Durante ese período de tiempo, nada hacía presagiar el regreso de Parke a la fotografía, y menos aún a la fotografía en color. La imagen en movimiento y el alto contraste en blanco y negro, parecían haber secuestrado su atención y su capacidad creativa para siempre.

Una vez que introduces el sonido, la música y todos esos elementos, vuelves a la fotografía y te resulta tan silenciosa, tan estática y tan singular…

Su regreso a la cámara de fotos, que ha estado usando desde que tenía 13 años, fue gradual. Comenzó dando continuidad a un elemento que ya aparecía en ‘The Black Rose’, una serie de fotos de puestas de sol, tomando una fotografía cada mañana durante los primeros cinco minutos de luz del amanecer.

En esta rutina diaria, Trent redescubrió su entusiasmo por usar «esa caja negra que simplemente hace clic». Y volvió a sentir, para su propia sorpresa, esa necesidad de buscar la imagen, de perseguir la luz y transformar el mundo, a través de ella, para plasmarlo en una imagen estática. Una imagen silenciosa, singular. 

De repente te sientes atraído por ciertas cosas y en ese momento no sabes muy bien por qué, pero en tu interior sientes que tienes que estar quiero en el mismo lugar durante tres semanas y que algo sucederá.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Pero, lejos de lo que pueda parecer, ‘The Crimson Line’ no es un tratado sobre una nueva estética en Parke, sino una reflexión sobre los efectos adversos de la industria y el cambio climático a través de la exploración de los colores que tiñen el cielo durante los primeros minutos del amanecer y los últimos del anochecer. Realizado en el paisaje industrial que rodea el suburbio de la playa en Adelaida, el lugar donde vive Parke, su cámara se centra, entre otras cosas, en las columnas de vapor que emanan de las chimeneas de las fábricas. Bañados por los intensos rojos y rosados ​​del sol temprano, esos colores y formas resultan evocadores y extraños.

Me levantaba antes del amanecer, hacía fotos durante los primeros diez minutos de luz y luego volvía para llevar a los niños a la escuela. Eso fue todo. Todos los días durante los meses de invierno.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Pese a que las fotografías están tomadas en una zona muy concreta, ‘The Crimson Line’ muestra un universo diferente pero deslocalizado que podría ubicarse en cualquier lugar de la tierra. El cuerpo de trabajo está poblado por extrañas columnas de humo que casi parecen brillar. También está inquietantemente desprovisto de signos de vida.

Si bien las formas que vemos en las fotografías resultan a menudo extrañas, los sentimientos que evocan son inequívocamente familiares. ‘The Crimson Line’ se sostiene en un riguroso proceso de pensamiento subyacente a su creación, pero sus verdaderos impulsores son el instinto y la emoción: ese ha sido uno de las características de la obra fotográfica de Trent Parke desde que deslumbrara al mundo con el sublime ‘Dream/Life’ y se mantienen en este trabajo, más allá del color, ahora presente, y la abstracción de las formas, en un guiño alejado, pero quizá no tanto, de los contrastes entre luces y sombras tan típicos en él.

Para mí la cámara es una caja negra. Necesito que sea algo simple… Tan pronto como la pongo ante mi ojo, no necesito pensar en ella, porque lo importante está en mi mente, en todas esas experiencias que he vivido. Todo lo que sientes necesita salir y eso solo se da desde una experiencia personal. La cámara es solo un instrumento, una herramienta para expresar eso, algo sencillo que no necesita que yo piense en ella.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Hay dos acontecimientos que han marcado mi vida. La muerte de mi madre, cuando yo tenía 12 años, y el nacimiento de mis dos hijos. Nacieron en una bañera de agua y ver los colores del agua cuando ellos salieron de cuerpo de su madre, aquellos rojos y naranjas… eran los colores de la creación. Y esos colores se ven en las imágenes del telescopio Hubble, que a mí siempre me han fascinado, esas en las que se ve el nacimiento de una estrella… ¡son los mismos colores! Son los colores que me empujaron a hacer este proyecto.

Imagen tomada por el telescopio Hubble

Me interesé mucho por ese color, el color carmesí, y averigüé que, en su forma más pura, ese color se obtiene de unos insectos llamados cochinillas que suelen encontrarse en los cactus. Las cochinillas se secan, se machacan y se hierven y así se obtiene un tinte carmesí que se utiliza en cosméticos como los pintalabios y como colorante alimentario.

Aquello me pareció alucinante. Ahí estaba yo, investigando sobre un color muy concreto que veía en el cielo y descubriendo que ese color que se utiliza para embellecer cosas proviene de insectos machacados… Y mi imaginación empezó a volar. Ahí tienes una idea extraña que acaba llevándote a una narrativa y al nacimiento de una historia mucho mayor.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Mientras pensaba en cómo estos insectos estaban atrapados en la maquinaria industrial, y en cómo ese color carmesí está estrechamente asociado una amplia gama de experiencias básicas como el nacimiento, la muerte y la creación explosiva de una estrella, su exploración de ese color se convirtió en algo mucho más grande. Tuvo un alcance épico que le retrotrajo a un proyecto anterior.

Cuando hice ‘Minutes to Midnight’ el país estaba cambiando. Acababa de pasar el 11 de septiembre y todo parecía girar en torno a que ‘otro ataque terrorista va a ocurrir aquí en Australia’. Era el momento adecuado para salir y hacer ese proyecto para documentar cómo era vivir en ese período de tiempo… Qué suponía a nivel emocional estar viviendo en aquel período de tiempo, en aquella década donde todo cambió.

Vida y muerte, luz y sombra, espacio y tiempo. Memoria. Estos son los temas que constituyen el andamiaje del trabajo de Parke. ‘The Crimson Line’ es un paso más en ese camino vital y fotográfico.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Cuando fotografío, la memoria y la experiencia vital son muy importantes para mí. Me gusta que eso se vea en las fotos que hago. Lo que fotografío está íntimamente ligado al momento de mi vida en el que me encuentro, tiene que haber una correspondencia entre ambas cosas, mi vida y mi obra. Adelaida, que es donde vivo, tiene una luz increíble, y eso es lo que intento reflejar en mis fotos, esa luz única que hay en Australia.

Para mí lo más importante que hay en la fotografía es la memoria. Se trata del tiempo, de capturar ese momento que luego pueda recordar. Todo lo que he fotografiado en mi vida ha sido autobiográfico, parte de mi vida, tiene que significar algo para mí. Si para mí significa algo, de forma genuina, creo que acabará provocando algún tipo de sentimiento en alguien.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

La mirada de Parke siempre ha tenido un marcado estilo cinematográfico, la suya es una mirada fuertemente enraizada en el cine negro. Quizá por eso nunca se ha definido solamente como fotógrafo, sino como “fotógrafo y artista visual”.

Es, precisamente, ese poso cinematográfico el que enlaza este ‘The Crimson Line’ con el resto de su obra. No es una ruptura, aunque pueda parecerlo, ni siquiera el uso del color es una novedad, ya dio cuenta de su maestría en el manejo del color en “Adelaide”, una serie en la que mostró su particular visión de la ciudad australiana. Así, este “The Crimson Line” enlaza perfectamente con sus trabajos más conocidos en una especie de narrativa creativa que gira y se retroalimenta del propio virtuosismo estético de Parke, ya sea en blanco y negro o en color, y de la atmósfera personal con la que su mirada envuelve el mundo.

Cuando estoy inmerso en el proceso de creación, siempre tengo en mente el tema de la narrativa. Siempre pienso de una forma cinematográfica. Incluso, cuando hago fotos, siempre tengo en la cabeza una banda sonora o algún tipo de obra. Esa es mi línea de pensamiento, me encanta el cine, las películas. Cojo el mundo real y creo esta narrativa que difiere completamente del documento original. Creo ficción a partir de la realidad.

Australia. Port Adelaide. 2017, fotografía del proyecto ‘Home’ para Magnum, en el que Parke colaboró con otros fotógrafos y creó la serie ‘Adelaida’

Me gusta alternar diferentes medios, siempre salto de uno a otro. No me importa si es digital, o color, si es imagen en movimiento… No importa siempre que sea el medio adecuado para contar esa historia en concreto. En este sentido, ‘The Black Rose’ que incluía miles fotografías y vídeos, un trabajo que me llevó siete años, fue una tarea gigantesca. Cuando lo terminé, creía que no volvería a hacer una foto en mi vida. Y después llegó ‘The summation of force’, que era una película sobre el cricket, que empezó como una secuencia en movimiento, y que se fue haciendo más y más grande, como me sucede en la mayoría de mis proyectos.

Después de invertir un largo período de tiempo trabajando en blanco y negro, necesitaba ese cambio, volver al color para sumergirme en mi siguiente proyecto.

Aunque pueda parecer extraño, e incluso contradictorio, las profundas sombras que marcaron ‘Dream/Life’ y ‘Minutes to midnight’ están tanto o más presentes que nunca en ‘The Crimson Line’, pero ahora no son sombras que no se ven, sino que se perciben; sombras ocultas y evocadas, sombras sentidas. Su negrura y su profundidad residen en la fuerza del color, en esa especie de hechizo del carmesí. Ese es el gran logro de Trent Parke, y por eso este trabajo no supone, en absoluto, un punto y aparte en su trayectoria.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Con el calentamiento global y el consumismo de fondo, la belleza de sus paisajes, sus formas y sus colores proporcionan el marco perfecto para una narrativa oscura y premonitoria sostenida sobre una extraña sensación que parece mezclar verdad y ficción. Parke detiene el tiempo y nos hace sentir su peso, en un bucle de color hipnótico e inquietante.

El tiempo siempre ha jugado un papel muy importante en mi fotografía, desde el mismo momento en que cogí una cámara y comencé a hacer fotos. Todos esos momentos captados en 20-30 años como fotógrafo… ahora puedo mirar atrás, ver toda mi vida, todos los proyectos que he hecho, todas las fotos que he sacado… Por eso el tiempo es tan importante para mí, me lleva a un lugar específico en la memoria, un lugar de sentimientos, a lo que sentía en un momento concreto de mi vida.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Cuando estoy haciendo fotos, no recuerdo nada. Siempre estoy persiguiendo la luz. Cuando empiezo un proyecto, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Puedo salir y hacer fotos durante tres meses, espoleado por la luz. Y después, pongo las fotos en la pared y, de repente, veo una foto que dialoga con otra, y que esa otra foto se remite a otra, y que ahí comienza a contarse una historia. Muchas veces, esa historia viene de algo que ha pasado previamente en mi vida.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Nacido en la Newcastle australiana, Trent Parke creció frente a un horizonte salpicado de chimeneas industriales, astilleros y acerías. De ahí, de los paisajes, colores luces de su infancia, y de los sucesos que la marcaron, y de su sensibilidad para captarlos y transformarlos, nace su particular forma de ver la belleza de estos paisajes, lo que hace que su mirada sea única e incomparable.

Parke se mueve y espera, paciente, en los escasos minutos que siguen a los primeros rayos del día, y a los que anuncian la muerte del mismo en el último estertor del atardecer. Es ahí donde está su luz, su color. En esta doble metamorfosis diaria, el cielo se convierte en un marco de aspecto irreal en el que esas chimeneas, fábricas y columnas de humo se convierten en monumentos impregnados de poesía. La actividad diurna, ruidosa y sucia, de la industria, se reinventa a ojos de Parke y de su cámara para convertirse, durante unos escasos y cortos minutos, en una delicada y subyugante forma ventana a la belleza más pura. Las formas y siluetas enmarcadas en un cielo de vivos colores transforman el mundo industrial en una abstracción de color y armonía.

En ‘The Crimson Line” he hecho fotos durante los primeros cinco minutos del amanecer y los últimos cinco del atardecer. He fotografiado cosas muy simples, y cuanto más trabajaba en ello, más me fascinaba ese color tan particular… Rojos, magentas… había un color ahí que no podía identificar del todo y que me fascinaba. Y me encontré a mí mismo persiguiendo ese color.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Soy fotógrafo y eso es lo que hago, fotos, pero ahí estaba yo investigando cada pequeño fragmento del puzle, como si fuera un científico. Con este proyecto, lo que quiero es saber cómo se ve todo bajo el microscopio, cómo se ven las células, porque eso puede llevarme hacia otra idea nueva. Se trata de investigar cada minúsculo fragmento para llegar a la gran foto, a la historia completa.

Pero sería un error reducir ‘The Crimson Line’ a una simple denuncia del consumismo. O a un puro deleite estético. Parke utiliza columnas de humo emitidas por las fábricas para crear pinceladas abstractas que parecen inspirarse en la ciencia ficción. El proyecto es un viaje alucinatorio a través de las nubes y las estrellas: allá arriba, en las nebulosas, cuando nace una nueva estrella, un telescopio captura un tono carmesí similar al cielo al anochecer, un tono que durante siglos se ha obtenido de un puñado de pequeños insectos machacados. El rojo carmesí es un color de creación por excelencia, pero también el de la destrucción. Ese es el mensaje de Parke.

Trent Parke, ‘The Crimson Line’

Y es que, en el fondo, el objeto de estudio en este trabajo sigue siendo el mismo que en todos sus trabajos anteriores: la luz, y solo la luz. En la cima de su carrera, el fotógrafo de Magnum continúa su profundo análisis de la luz y sus cualidades, de su enorme y capacidad casi sobrenatural para transformar los paisajes más banales en vibrantes escenas de magia y misterio. Trent Parke sigue, como él mismo confiesa más arriba, “persiguiendo la luz”, en todas sus formas y manifestaciones, ya sea en color o en blanco y negro, en la abstracción o la sombra, en la fugacidad del amanecer o la opacidad de nuestras propias dudas vitales y existenciales. Y todo ello, a través de las infinitas posibilidades de la fotografía.

Me encanta la película fotográfica, me encanta el grano… Me gusta ese patrón que te marca la película analógica. Me hace trabajar más duro. No me gusta hacer una foto y verla a continuación en una pantalla, con la película nunca sé lo que tengo, lo que he captado, así que tengo que seguir disparando hasta que el momento se desvanece. Puede llevarme un día, o un mes. No descanso hasta que consigo la foto. Siento que algo va a pasar, tarde o temprano, y yo voy a estar ahí para captarlo.

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