James Nachtwey es el autor de algunas de las fotografías más impactantes del 11-S. Otros grandes fotógrafos, como Joel Meyerowitz o Richard Drew (autor de la famosa foto del hombre cayendo cabeza abajo de una de las torres) también fotografiaron la zona cero, pero Nachtwey estaba en Nueva York de casualidad, y el hecho de ser fotógrafo de guerra dio a sus imágenes un ‘algo’ especial.
Las fotografías que Nachtway tomó ese día, en las 12 horas siguientes a los ataques, han acabado convirtiéndose en todo un símbolo del 11-S, y entre ellas destaca la de la Torre Sur cayendo tras la cruz de la iglesia de San Pedro.
«La cruz pertenecía a una iglesia que estaba a bloque y medio de distancia de mi casa. La vi como un símbolo de nuestra cultura, así que la encuadré sin perder tiempo. No es que fuera una idea brillante, fue una asociación muy obvia. La torre cayó mientras sacaba fotos. Era difícil creer lo que estaba viendo con mis propios ojos; todos aquellos hierros, toneladas de material, volando en el aire como palillos. Lo veía todo como a cámara lenta y todo parecía volar lentamente hacia mí y eso me hizo creer que tenía todo el tiempo del mundo. Estaba usando película y tenía 36 fotos. Aquella fue la última foto del rollo y tuve que cambiar de carrete. En ese momento fue cuando empecé a ver todo a velocidad normal y me di cuenta de que estaba a punto de quedar atrapado. Sólo tenía unos segundos para refugiarme en algún edificio cercano antes de que todos aquellos escombros cayeran sobre mí. Miré la foto ayer mismo y aún me cuesta creerlo. Nunca lo he olvidado».
La composición de la foto es perfecta: en primer plano, una cruz oxidada sobre el tejado de una iglesia que queda fuera del cuadro; detrás de la cruz se puede una columna de humo gris que no es otra cosa que la Torre Sur desplomándose; a la derecha, la Torre Norte todavía en pie, con algunos pisos en rojo incandescente y una bandera estadounidense en una esquina.
James Natchwey acababa de llegar de Francia la noche anterior. No era normal que estuviese en la ciudad en esas fechas, lo habitual era que se encontrase en algún otro punto del planeta cubriendo algún del conflicto bélico. Pero la casualidad quiso que estuviera en Nueva York.
Aquella mañana se levantó pronto en su casa de Water Street, tomó su primer café del día y miró hacia a través del East River hacia el puente de Brooklyn. Recuerda que el cielo era el más azul y más claro que veía en mucho tiempo. Nachtway miró entonces hacia abajo y vio que varias personas estaban sobre el tejado de un edificio adyacente, apuntando hacia el cielo. Cruzó la habitación y miró por las ventanas que daban al lado opuesto. Entonces vio la Torre Norte del World Trade Center en llamas. Unos minutos después, el segundo avión chocaba contra la Torre Sur.
La primera reacción de Nachtwey fue coger sus cámaras, todos los carretes que tenía y correr hacia las torres. “Recuerdo que lo que intenté fue seguir siendo un fotógrafo, y lo importante que eso me parecía. Era la única cosa que podía hacer, era mi trabajo”.
Natchwey cuenta que a las 10:29 de la mañana, cuando ya estaba en la calle, oyó “algo parecido a una cascada en el cielo”, y que justo alzó la vista para ver cómo caía la Torre Norte muy cerca de donde él estaba. “Me di cuenta al instante de que tenía unos 5 segundos para irme, y que las oportunidades de sobrevivir eran escasas. Era una vista realmente preciosa, con el humo, el metal y el papel sobre el cielo azul. Era visualmente impresionante, una de las cosas más hermosas que he visto en la vida. Pero aquello iba a matarme y no había tiempo de sacar ninguna foto”.
Nachtwey pasó las siguientes horas recorriendo la zona cero. Utilizó un total de 27 carretes, aunque salió con 28, pero uno se lo dio a otro fotógrafo. 14 de las fotografías de Natchwey fueron publicadas por la revista Time en su web oficial y tuvieron dos millones de visitas en un solo día.