El color es parte esencial de mi trabajo. Casi nunca fotografío en blanco y negro; cuando lo hago, siento como si me perdiera algo.

Sus fotografías bien podrían ser un homenaje a las películas de Wim Wenders, Clint Eastwood y Quentin Tarantino que marcaron su infancia. Con apenas 30 años, este fotógrafo francés residente en Nueva York desde los 21, es uno de los máximos exponentes del documentalismo que retrata un país, EEUU, aferrado a unas señas de identidad que son símbolos universales: las botellas de Coca Cola, los cafés, los enormes carteles y gasolineras casi abandonadas en carreteras secundarias, letreros luminosos, un individualismo feroz que deriva en soledad y anonimato…

La mirada de Montagard es, al igual que su técnica, elegante, cuidada, con un toque nostálgico que descansa en un presente fuertemente anclado al pasado. Una norteamérica detenida en tiempo y espacio. En sus imágenes la existencia se ralentiza y transcurre en silencio, entre luz, sombra y color.

En sus fotografías confluyen los estilos perfectamente reconocibles de grandes fotógrafos como Stephen Shore, Saul Leiter, Fred Herzog o William Eggleston. En incluso, y a ratos, podemos ver pinceladas de Alec Soth, Todd Hido y el eterno Walker Evans. Imposible no remitirse también a los cuadros de Edward Hopper.

Sitio web: arnaudmontagard.com

IG: @arnaudmontagard

Foto: Arnaud Montagard
Foto: Arnaud Montagard
Foto: Arnaud Montagard
Foto: Arnaud Montagard
Foto: Arnaud Montagard
Foto: Arnaud Montagard
Foto: Arnaud Montagard
Foto: Arnaud Montagard
Foto: Arnaud Montagard
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